miércoles, 25 de febrero de 2009

Un Dios, dos visiones

La verdad ha permanecido junto a ti desde siempre, solo no te ha parecido que fuese ella. (Abel Desestress)
Es la una de la mañana y la noche retumba con ritmos hipnóticos, el aire está espeso con el humo de incienso mezclado con estupefacientes. Me encuentro apretujada en una esquina del patio superior del santuario de Baba Shah Jamal en Lahore, famoso por sus sesiones de percusión de los jueves en la noche. Está repleto de muchachos jóvenes, fumando, meciéndose al son de la música y transportándose a un estado de éxtasis. Esta no es la imagen que la mayoría de Occidente tiene de Pakistán, que tiene fama como foco de extremismo islámico. Canto devoto Pero este popular estilo de islamismo sufí está mucho más diseminado que la versión talibán. Es una potente mezcla de misticismo, folclor y una dosis de hedonismo. Ahora algunos en Occidente se preguntan si el sufismo paquistaní podría movilizarse para contrarrestar la ideología militante islamista y su influencia. Lahore podría ser el sitio donde empezar: es una ciudad rica en tradición sufí. En el santuario de Data Ganj Bakhsh Hajveri, músicos y cantores de todas partes del país también se reúnen semanalmente para interpretar el qawwali, o el canto devoto islámico. Qawwali es considerado un elemento clave en la trayectoria hacia lo divino, lo que los sufíes llaman el continuo recuerdo de Dios. Vea: Bailando para Dios: festival sufí en Fez "Cuando uno escucha otro tipo de música, uno escucha por un corto tiempo, pero el qawwali le llega a uno hasta adentro", dice Ali Raza, un cantor sufí de cuarta generación. "Aún si uno no entiende las palabras, uno puede sentir la magia del qawwali, esta es música espiritual que toca directamente el alma y la mente". Pero el sufismo es más que música. En una residencia de un suburbio de estrato alto de Lahore, donde un grupo de mujeres se reúne semanalmente para practicar las disciplinas sufí de canto y meditación, diseñadas para despejar la mente y abrir el corazón a Dios. Una por una las devotas recuentan cómo las sesiones las han ayudado a resolver problemas y lograr mayor paz y felicidad. Este sufismo más ortodoxo no se ha extendido tanto como la variedad popular, pero ambas se consideran autóctonas del sur asiático. Amor y armonía "El islamismo llegó a esta parte del mundo a través del sufismo", dice Ayeda Naqvi, una maestra de misticismo islámico que participa en el cántico. "Fueron los sufíes los que vinieron y difundieron el mensaje religioso de amor y armonía y belleza, no había sables, era muy diferente a la hoja filuda del Islam en el Medio Oriente. "No se puede separar de nuestra cultura, se encuentra en nuestra música, en nuestro folclor, en nuestra arquitectura. Somos territorio sufí y, aún así, hay una lucha en Pakistán en estos momentos por el alma del Islam". El sufismo es una mezcla de música, cantos y meditación.La lucha es entre el sufismo y el wahhabismo de línea dura, la forma estricta del islamismo sunita que siguen los miembros del Talibán y al-Qaeda. Ésta ha ganado terreno en las zonas tribales del noroccidente, fomentada inicialmente en los años 80 por Estados Unidos y Arabia Saudita para ayudar a reclutar guerreros islámicos contra los soviéticos en Afganistán. Pero es considerado un culto forastero dentro de la región sufí en las provincias Punjab y Sindh, dice Sardar Aseff Ali, un ministro de gabinete y un sufista. "Wahhabismo es una forma tribal del Islam que viene de las desérticas arenas de Arabia Saudita", dice. "Esto podría ser muy atractivo para las tribus fronterizas, pero nunca encontrará resonancia en las sociedades establecidas de Pakistán". ¿Podría entonces el islamismo místico, no violento de Pakistán, servir como defensa contra el extremismo? Un centro de investigación de Estados Unidos, la Corporación Rand, aboga por ello, sugiriendo que el apoyo al sufismo es una "interpretación abierta, intelectual del Islam". Hay amplias pruebas de que el sufismo sigue como tradición viva. En el laberinto de las calles traseras de Lahore se está construyendo un santuario a un santo moderno, Hafiz Iqbal y a su mentor, un místico llamado Baba Hassan Din. Atraen fieles de todas las clases y rincones de la vida. Atrocidades El arquitecto es Kamil Khan Mumtaz. Él describe con amoroso detalle sus técnicas tradicionales de construcción y los principios espirituales que simbolizan. Los ritos sufistas atraen multitudes.Sacude la cabeza ante los relatos de encantadoras y antiguas mezquitas que están siendo demolidas para reemplazarlas por estructuras de concreto y vidrio bajo las órdenes de los mula austeros. También está horrorizado con las atrocidades cometidas en nombre de la religión por los militantes islámicos. Pero duda que el sufismo pueda ser dirigido a resistir el radicalismo wahabi, un fenómeno que, insiste, tienen raíces políticas y no religiosas. "Los centros de investigación de Estados Unidos deberían investigar de nuevo", dice. "Lo que uno ve en el extremismo islámico es en respuesta a lo que ha sucedido en el mundo moderno. "Hay frustración, furia, ira contra los invasores, los ocupadores. Los musulmanes se preguntan ¿qué pasó? "Hubo una vez en que dominamos el mundo y ahora estamos esclavizados. Esto es una lucha de poderes, los oprimidos se quieren convertir en los opresores, eso no tiene nada que ver con el Islam y mucho menos con el sufismo". Ayeda Naqvi, por otra parte, cree que el sufismo podría jugar un papel político para fortalecer una identidad tolerante del islamismo en Pakistán. Pero advierte sobre el peligro de que lo apoye Occidente. Los sufistas frecuentemente realizan obras de bienestar social."Creo que si se logra, debe suceder de manera muy callada porque mucha gente aquí es alérgica a la interferencia occidental", expresa. "Así que, aunque sea una buena cosa lo que hacen, necesitan hacerlo discretamente porque uno no desea que el sufismo lleve la etiqueta de un movimiento fomentado por Occidente para sofocar el Islam verdadero, puritano". De vuelta en el santuario de Shah Jamal no pude sentirme más alejada del Islam puritano. La pasión desenfrenada que me rodea sugiere que los santuarios sufíes paquistaníes no serán tomados por el Talibán en el futuro cercano. Pero si el sufismo puede ser utilizado para resistir activamente la difusión del islamismo extremo, o si debería ser usado así, es otra cuestión.

No hay comentarios: